- En el extremo noreste de la península se encuentra la Reserva Faunística Punta Norte, donde se pueden encontrar lobos marinos, elefantes marinos, pingüinos de Magallanes y escúas.
- En el extremo sureste, siempre sobre la costa, la Reserva Faunística Punta Delgada, en la que se pueden apreciar una pingüinera y elefantes marinos; ocasionalmente se pueden avistar orcas.
- Dentro del Golfo Nuevo, casi inmediata a Puerto Pirámides en la costa noreste del mencionado golfo se halla la reserva de la Lobería Puerto Pirámides.
- En el extremo sureste del Golfo Nuevo se encuentra el núcleo de la Reserva Faunística Provincial Golfo Nuevo.
- Al norte del Istmo Ameghino, rodeada por las aguas del Golfo San José, se encuentra la Reserva Isla Pájaros.
- Fuera de la Península Valdés — aunque dentro del área protegida de la misma — a unos 8 kilómetros al sureste de Puerto Madryn, se encuentra la Reserva Punta Loma, donde además de lobos marinos se avistan cormoranes.
El único asentamiento humano importante de esta península es el pueblo turístico de Puerto Pirámides, así denominado por las formaciones rocosas piramidales de su entorno, con unos 500 habitantes permanentes. Fuera de Puerto Pirámides, la escasa población se distribuye en unas 30 estancias ovejeras.
Esta península es uno de los destinos turísticos más importantes de la Argentina y convoca anualmente a millares de visitantes del país y el exterior. Gracias a las políticas de protección implantadas, la población de ballena franca austral se encuentra en lenta recuperación.
Cada invierno, estas ballenas pueden ser avistadas durante su época de apareamiento y parto. El avistamiento de ballenas se ha convertido en una de las actividades turísticas más importantes del país.
La Ballena Franca Austral comienza a llegar a la costa de la península a principios de mayo y se retiran los primeros días de diciembre.
Durante la temporada estival, el turismo se orienta principalmente al disfrute de las playas de Puerto Pirámides — las únicas habilitadas para bañistas — y el avistaje de fauna.
Durante el siglo XX existieron proyectos para el desarrollo de la zona, pero tales proyectos no contemplaban el impacto ambiental sobre el ecosistema y en la actualidad están abandonados.
El primero de ellos fue la propuesta de la refundación de la Antigua Guardia de San José ahora transformada en un gigantesco puerto ultramarino que abarcaría gran parte de las costas del Golfo San José, tal proyecto contemplaba la construcción de un canal de navegación que atravesando el Istmo Carlos Ameghino comunicaría al Golfo San José con el Golfo Nuevo.
Posteriormente se consideró la idea de crear otro canal (o un túnel) que también atravesaría el istmo en cuestión, aunque en este caso no para la navegación sino para – aprovechando la importante diferencia de los niveles de marea existentes entre el Golfo San José y el Golfo Nuevo – crear una gran usina eléctrica mareomotriz.
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